Me trajeron un libro del año 1.777 y aunque el interior no estaba mal conservado, lo que quedaba de la tapa era poco más que el cartón pelado.
Lo primero fue limpiar el lomo y la costura original para después reforzarla.
También algunas páginas rajadas se soldaron.
Para la nueva tapa utilice una piel pasta española oscura.
Una vez encartonado el libro y cubierto con la piel procedí a envejecerlo.
El lomo lleva nervios con tejuelos.
Y por último algunos detalles en dorado
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